Carta de una plasta a Mayra Montero

15 03 2008

El pasado domingo, la escritora Mayra Montero decretó en su columna semanal “Antes que llegue el lunes” que los jóvenes del momento son una generación de plastas. En ésta se recuenta la experiencia de una profesora a quien se le pidió fuera más condescendiente con sus estudiantes luego de expulsar del salón de clases a unos alumnos por básicamente ser unos desordenados, aunque (por supuesto) ella lo describe más dramáticamente. Consecuentemente la escritora ofrece su veredicto:

«Invierten largos años en terminar un bachillerato, carecen de grandes sueños profesionales ni mucho menos tienen lo que antiguamente entendíamos por compromiso. Así, parece que el país deberá prepararse para acunar a una generación de plastas que han hecho de la impunidad su religión y que lo han recibido casi todo a cambio de nada. Y digo casi todo, porque no hay lección de vida.»

Pero señorita Mayra, ¿quién crió a esa generación? ¿quiénes fueron a los que, digamos, se les chispoteó darle los valores que usted tanto reclama? O me va a decir que en la década de los ochentas vinieron los marcianos y modificaron genéticamente todos los óvulos femeninos puertorriqueños creando una generación de humanoides con defectos mentales? Porque que yo sepa las escuelas no las administran jóvenes, sino adultos; adultos tan y tan adultos, tan y tan sumidos en su exquisita autoridad dada por hecho que se les olvidó lo que era coger clases.

Mas vayamos al caso de la universidad y la supuesta generación perdida, sí, fallaron los estudiantes de los que ella habla al estar riéndose y empujando sillas en medio de una clase, pero falló aún más el sistema universitario por ser tan sumiso so pena de perder dos o tres estudiantes bobos. Falló el recinto por no apoyar a los profesores y ni siquiera darle la oportunidad de justificar sus acciones, discutirlas con los estudiantes, llevarlo a un consejo de mediación o algo similar. Y fallan también los profesores por enviarles cartitas changas a una escritora que cada vez berrincha más que argumenta. Todo esto para que como voz pública autorizada grite: “¡Monstruos! ¡Mutantes!” al otro, el enemigo par excellance.

Sería fácil acusarle de viejitis aguda, pero la cosa va más allá de ese síndrome que nada tiene que ver con la edad, esto se trata de fundamentalismo pseudo-intelectual. La señora Montero ha tomado por hábito el criticar sin ni siquiera molestarse en ir a las fuentes correspondientes para averiguar. En toda la columna las únicas referencias que se citan son profesores indignados. A la gente de la administración que optó por, no sólo hacerse de la vista larga sino pasarle la mano a los estudiantes, no se les indagó nada. Pues claro, si a cada rato la están invitando a charlitas aquí y allá, y es precisamente ese tipo de institución quien la valida como voz pública. Preguntarle a estudiantes qué piensan de eso, si es que les molesta este tipo de conducta que algunos de sus compañeros manifiestan – pa qué, si bajo la visión Monterina los jóvenes están perdidos, no tienen nada que decir valga la pena ser oído. Ella condena y punto, no tiene ni que conocer el asunto.

Condenar sin conocer, como fórmula para mantener su standing de voz pública no es algo nuevo en este espacio dominical. Si bien la columnista había comenzado a cultivar una reputación como sagaz observadora de diferentes elementos de nuestra sociedad (mis favoritas son sus descripciones de la legislatura) últimamente su razonamiento como que patina. Muestra de este padecer fue su columna sobre facebook en la que condenaba la página y sus usuarios como morones que no leen, no ven buenas películas ni se enteran de lo que pasa en el mundo… y esto luego de manifestar con orgullo que nunca ha entrado a la página. Por lo que nunca se enteró de las marchas, las lecturas de libros en la Tertulia y las obras, entre otros eventos, que allí se convocan. O de la posibilidad de conocer grupos de movimiento social como “no a la 99” – es más fácil condenarlo todo y decir foo que molestarse en pensar y luego hablar.

Y ¿qué hay con la ola de profesores agriaos que no se les ve fuera del horario de clase ni por casualidad? O, ¿de todos aquellos que están por amiguismo mientras gente capacitada con hasta doble doctorado terminan marchándose a otras universidades porque no les es posible conseguir plaza? No, de los problemas grandes, los institucionales que vienen de arriba, de esos no se habla. Total, como los jóvenes no son jefes de nadie, todo lo contrario, son probablemente los trabajadores con peores trabajos donde con frecuencia terminan en Kentucky, o si tienen suerte, Borders, pues que carguen con la culpa solos. Si después de todo para eso han estado desde el principio de la civilización: la juventud siempre va a traer el Apocalipsis, y SURPRISE! SURPRISE! el Apocalipsis nunca llega.

Mas como lo mejor se deja para el final aquí está la frase de oro: “(el problema de la generación de plastas) Es un enigma cuyos resultados se empezarán a ver muy pronto. Tomemos asiento.” Que posturita más cómoda, ¿no? ya oficialmente su labor es la de criticona oficial. Eso de vamos a hacer algo para arreglar la situación – naa, mejor acomódate en el sofa y veamos el show. Pero no, señorita Mayra, lamento informarle que la vida no es una película baratex que consumes comiendo popcorn, la vida se vive y si está mal, te levantas y la arreglas.

*artículo publicado originalmente en http://www.lajotaonline.com/5ta_edicion/montero.html


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12 responses

22 04 2008
Vilmari Santana

Muy buena respuesta al articulo, pienso que lo debes postear en la parte de comentarios en endi.com bajo la columna de tal escritora.

22 04 2008
Diana Soto De Jesús

gracias vilmari, no se si me dejen poner algo tan largo pero lo intentare.

5 05 2008
Gadiel Mercado

Excelente critica a su columna.Estoy haciendo un trabajo sobre lo que ella plantea en ese reportaje y estoy buscando todos los puntos de vista y creo que no pude conseguir algo tan acertado como esto.Opino que a pesar que la Sra.Montero tiene una capacidad analitica muy buena,no profundiza ni estudia a fondo de lo que ella misma habla haciendo que llegue a conclusiones erroneas. Desearia ver a Mayra en una conferencia y preguntarle el por que de su apatía a estar en contacto con los mismos jovenes que critica.

9 05 2008
Diana Soto De Jesús

vayam gadiel, gracias. me gustaría saber qué conclusiones sacas una vez termines, si quieres hasta lo publicamos por aquí, o en La Jota, donde originalmente publiqué este texto. Y la verdad es que sí, sería interesante preguntarle a ella personalmente. Ante la gran conmosión que causó esta columna me quedé esperando que ella escribiera algo en el El Nuevo Día como respuesta, o algún tipo de nota aclaratoria (wishfull thinking quizás) .

3 05 2009
Jesika

Pues aunque les pese Mayra dice la verdad. Sin que tengamos que decir que no existe culpa en los mayores, hay demasiada plasta en el ambiente.

13 05 2008
El debate disque “candente”: los candidatos a gobernación en la UPR « ComUnArte

[…] por y para estudiantes, esa misma juventud que tanto critican por disque no hacer nada y ser unos plastas apolíticos, no pensantes. No importa la paciencia con la que estudiantes (que no contábamos con […]

24 02 2010
Alexandra

Entré a este blogg porque una estudiante me lo puso de referencia en una discusión que teníamos sobre la columna de M. Montero. Creo que estoy en el lugar preciso para poder tener una reflexión profunda de lo que plantean ambas partes. Tengo 30 años, soy estudiante a nivel graduado y soy profesora de un recinto de la UPR. Como estudiante viví situaciones como las indicadas en la carta, pero nunca y quiero decir NUNCA me comporté así en un salón. Hay formas y hay formas de protestar por esas situaciones en que los profesores actúan de forma poco integra y no cumple con su parte. No hay excusa para comportarse de esa manera. Me altera un poco el hecho de acudir a lo que otros hicieron para tratar de justificar una conducta injustificable en el salón de clase. He encontrado algunos estudiantes que siguen la línea de la carta anterior, pero la gran mayoría reconoce mucho de verdad en la opinión de Montero.

La columna de M. Montero, y esto es muy importante, es una columna de opinión, no de investigación. Como es de opinión ella puede expresar sus sesgos particulares sobre las cosas que quiera escribir. No lo ponen en esta carta cuando citan el párrafo, pero hay una parte que indica que hay algunos estudiantes que sí se interesan por aprender. Ella está escribiendo sobre «los plastas»… que sí existen. Los veo todos los días. Y me importa un divino si los padres son tecatos o si el maestro de kinder fue malo… ya es un adulto y TIENE que comportarse. Y si no quiere, pues puede irse. Las sillas de los salones no tienen cinturón de seguridad ni cadenas. Plastas, by the way, que han recurrido a hablar con autoridades universitarias si profesores como yo buscan hacer una diferencia. Profesores/as que buscan estimular el pensamiento crítico, dar espacio a los estudiantes para que puedan crear, asumir responsabilidad por su proceso de aprendizaje, fomentar el debate respetuoso… han terminado frustrados y han decidido irse. Sí… hay profesores que se ven fuera del horario de clase. Los conozco.

Esto va mucho mas allá de profesores vs. estudiantes, Generación Baby Boomers vs Generación Y, plastas vs. buenos. Esto es sobre personas que no valoran el aprendizaje (que pueden ser tanto estudiantes como profesores), sobre personas que les importa poco superarse (igual tienen 20 que 50 años). Buscar excusas de que «ellos los criaron así» es perder el tiempo. Y esta excusa aplica tanto a adultos como a estudiantes. Por que… ¿Y de donde salen los adultos que criaron a esos jovenes? Nadie nace por generación espontanea. Esto trata de que están aquí y que van a hacer con su vida: seguir lo que «aprendieron» o elegir aprender otras formas. Y eso lo puede hacer todo el mundo.

7 09 2010
Puerto Rico Libre

¡Excelente, Alexandra! Recoges todo lo que yo hubiese querido decir.

15 09 2010
Diana Soto De Jesús

Saludos Alexandra y «Puerto Rico Libre» (quien quiera que seas). No había respondido a el comentario porque francamente en las partes que estaba en desacuerdo (que no son todas porque me parece en algunas cosas coincidimos o repites mis mismos argumentos incluso) me parecía que estabas más que convencida de tu percepción y discutir sería un poco en vano. Además el asunto ya estaba muerto y era un poco revolcar la mierda para nada. Pero ahora con la situación en la universidad y en el país en general me parece importante revisitar unas cosas.

Primero que nada, dices que es una columna de opinión no de investigación, como si esto fueran categorías que se excluyen mutuamente. Pero yo asumiría que como profesora tu conoces más bien que muchos que dar una opinión no se trata simplemente de decir lo que yo pepita piensa de tal cosa, si me gusta o no, a lo «ah si me gustó la película porque está bien cool». Las opiniones–las opiniones interesantes al menos–las que valen la pena ser publicadas y ser parte del debate público nacional, deben venir con fundamentos y racionalización cesuda, he ahí la importancia de que una opinión, sobretodo una que lanza toda una imagen sobre un grupo social amplio de forma generalizadora venga con investigación. Yo no te digo que tiene que matarse haciendo estudios etnográficos, es un periódico no una revista académica, pero la estrategia de Montero, «a mi me dijeron que…» es muy cercana al chisme para mi gusto. Sobretodo por lo que tu misma reconoces, porque la opinión de Mayra Montero no es cualquier cosa, porque tiene peso, porque mucha gente no sólo la lee sino la respeta. Porque Mayra Montero es una de las pocas voces con autoridad y credibilidad en este país. Precisamente por eso es aún más importante señalar cuando su opinión puede reflejar unos prejuicios y promover estereotipos aún quizás sin que ella se diera cuenta.

Y sí, Montero señaló que había algunos estudiantes que no eran plastas, pero esto son como dos palabras en medio de miles afirmando y reafirmando la imagen de los estudiantes como plastas. Una de las cosas más significativas que hacen los medios es dictar qué temas son los temas importantes y con qué sesgo los miramos, si lo que Montero pinta una y otra vez, con historias «cutes» pero que a fin de cuenta son puramente anecdotales y no conectan con una realidad empírica o con un balance justo del complicado ambiente universitario (tanto para estudiantes como profesores), pues entonces en que quedamos? En que construye una imagen excesivamente simple y que meramente reproduce el discursito de la juventud perdida, chavacana, que no vale pa na y que va a traer la apocalypsis con sus malas prácticas, discursito que lleva décadas corriendo y no es en nada específico a la universidad de puerto rico o la juventud puertorriqueña sino más bien una de esas categorías de miedo que se usan pa desprestigiar a unos y hacer sentir a otros cómodos.

27 10 2013
Anónimo

Mayra tiene toda la razón…

27 10 2013
Teresita González-Crespo

Gracias Diana, acabas de validar el hecho de que me rehúso a crear plastas… Me rehúso a dejar que los papas de mis estudiantes me digan que técnicas debo o no debo utilizar para educar y formar ciudadanos inteligentes y seguros de si mismo como usted. Gracias Diana… Namaste

28 10 2013
merdocrata™

Hablemos claro. El que me diga que la generación actual de personas en su mayoría no es de gente bnasura quiere defender lo indefendible. No seamos tan «butthurt», aquí hay mucho nini y gente que no sirve para nada. Culpa de las basuras que los criaron claro está, pero eso no los exime de ser gente basura o como ella dice, «plasta».

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